Con el paso del tiempo, los oficiales formados en empresas como San Pedro de Elgoibar, La Euscalduna de Soraluze y Orbea de Eibar, entre otras, fueron instalando pequeños talleres auxiliares, dedicados a la fabricación de herramientas, mecanizado de piezas de repuesto y reparación de máquinas herramienta.
A partir de finales del s.XIX, debido a una evolución natural, algunas de estas empresas vascas comenzaron a fabricar máquinas-herramienta, con un retraso de aproximadamente de 75 años con los primeros fabricantes ingleses. Nuestra historia como fabricantes de máquinas-herramienta comienza a finales del siglo XIX.
La industria de las armas vive su última gran época de esplendor durante la 1ª Guerra Mundial (1914 – 1918). Después llega el declive: toca renovarse o morir y la metamorfosis es deslumbrante. Las empresas abandonan la fabricación de armas y, acto seguido, comienzan a fabricar máquinas – herramienta (Ciaran y Estarta, Cruz Ochoa, Orbea), bicicletas (B.H., Orbea, G.A.C.), máquinas de coser (Alfa, Sigma), etc. como si llevaran haciéndolo toda la vida. Y, en cierto modo, así era. Todo el bagaje transformador acumulado durante siglos no cayó en saco roto.
La diversificación no hubiera sido posible sin la experiencia acumulada durante la deslumbrante y exitosa historia armera de la comarca, porque la fabricación de armas requiere sobre todo conocimientos y precisión. Aquel que es capaz de fabricar un arma es capaz de fabricar cualquier cosa.
Ciaran y Estarta de Elgoibar
José León Ciaran (1876-1948)
Nació en el caserío Mizpillibar del barrio de Alzola en Elgoibar. Hizo sus primeros estudios en Alzola y en 1890 inició el aprendizaje de armero en Markina. Participó en la Guerra de Cuba, donde conoció a Juan Caballero, abogado donostiarra.
A la vuelta de la guerra volvió a trabajar en Markina, hasta que se independizó montando un taller en la calle de San Francisco de Elgoibar, en 1898. Su amigo, Juan Caballero, le acompañó a Bélgica, donde consiguió los planos para fabricar taladros. Inició el negocio con la colaboración y ayuda de sus socios, el médico Tomás Zubizarreta y Juanjo Goyogana.
Eulogio Estarta (1891-1955)
Procedía de una familia obrera con insuficientes medios para proporcionarle una enseñanza reglada. A los doce años quedó huérfano de padre, viéndose obligado a ingresar como aprendiz en Fundiciones San Pedro de Elgoibar, para contribuir a las necesidades de su familia, puesto que era el mayor de los hermanos.
En San Pedro realizó el aprendizaje de ajustador mecánico. Estarta era un joven muy responsable, asumiendo el sacrificio de capacitarse fuera de las horas de trabajo, acudiendo a las clases nocturnas de la Escuela de Artes y Oficios de Elgoibar, llamando la atención de sus profesores por su gran disposición para el dibujo y la mecánica.
Con el afán de perfeccionarse, Estarta se desplazó a Bilbao, donde, durante algún tiempo, alternó su trabajo en un taller mecánico con los estudios de dibujo y mecánica. Con 23 años regresó a Elgoibar, asociándose como hemos visto con Ciaran.
El 21 de abril de 1914 se constituye la sociedad Ciarán y Estarta, formada por José León Ciarán Arrillaga y Eulogio Estarta Landa. El nuevo taller se inició en la reparación y construcción de máquinas y dispositivos para la industria armera, destacando la construcción de máquinas herramienta.
El capital disponible para desarrollar su negocio pronto fue insuficiente, razón por la cual José León Ciaran y Eulogio Estarta dieron entrada como socio al comerciante elgoibarrés Teodoro Ecenarro. El 21 de setiembre de 1915 se constituye la sociedad colectiva regular, denominada Ciaran, Estarta y Cía., dedicada a la construcción de maquinaria con domicilio social en Elgoibar, calle San Francisco, casa sin número, propiedad de Juan Irusta.